Platos de ducha de resina

 En Platos de ducha

De todos es bien sabido que los platos de ducha de resina tienen grandes ventajas sobre el resto de platos de otros materiales como los acrílicos o de porcelana, pero es fundamental saber bien cuál elegir entre la enorme oferta de ellos que hay en el mercado, pues ¡NO todos los platos de resinas son iguales!

De la elección de uno u otro dependerá su mejor o peor rendimiento, por eso tenemos que tener muy claras sus características, pues una modesta mayor inversión en el presente, puede ahorrarnos mucho dinero en el futuro.

Según su acabado, existen dos clases de platos de ducha de resina principalmente: Los pintados con pinturas epoxi y los acabados con revestimiento superficial de gelcoat.

  • Platos pintados: La mayoría de los platos de ducha que hay en el mercado son pintados superficialmente. En principio esta técnica no tendría que dar malos resultados, pero si el proceso de fabricación no se ha hecho correctamente, la pintura puede llegar a saltar y descascarillarse, lo que nos obliga a cambiarlo con el desembolso que ello conlleva.

Además la limpieza de estos platos también tiene algún inconveniente, ya que la cal y la suciedad se adhieren con mayor facilidad, por lo que limpiarlos será más costoso, independientemente de que no podemos usar limpiadores antical, ya que podrían hacer saltar la pintura.

  • Platos Gelcoat: En cuanto a los platos de resina con acabado de gelcoat, son los ideales para ser usados como platos de ducha, ya que el gelcoat es un material totalmente impermeable y que resiste a cualquier tipo de agente limpiador, por lo que además de ser más limpio es más resistente. Su resistencia está fuera de duda, ya que el gelcoat se usa tanto en la construcción de los cascos de los barcos como en la de depósitos de líquidos corrosivos.

Plato de resina Gelcoat

En cuanto a la composición, casi todos los platos del mercado están fabricados con resinas minerales con una determinada composición de resinas (cuarzo, sílice, etc..) pintadas en masa. Eso significa que la composición del plato tiene el mismo color en toda su estructura por lo que si rompiéramos la superficie, el color que aparecería sería de la misma tonalidad que la superficie del plato.

Por lo que respecta a su grosor, los gruesos de los platos de ducha suelen ser de 3 cm. para los platos extraplanos y de 4 cm. en los platos que tienen un marco perimetral ya que éste está rebajado con un escalón de 1 cm. con lo que el grosor del plato también queda en 3 cm.

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es el grado antideslizante. Cuanto mayor sea esté, la ducha será más segura. Este aspecto debe venir certificado por un instituto independiente.

Además, su fabricación sobre moldes especiales les dan también la posibilidad de contar con innumerables colores así como diferentes texturas para adaptarse mejor a los diferentes gustos o tipos diferentes de decoración.

Por último no debemos olvidar las certificaciones de calidad, ya que si el plato no cumple con los estándares mínimos de calidad, no estaremos haciendo una buena elección.

Por tanto concluimos con las características que debería de tener nuestro plato de ducha “ideal”:

  1. Un acabado superficial de gel coat
  2. Estructura de resinas minerales pintadas en masa
  3. Grosor entre 3 y 4 cm. en función si es enmarcado o no.
  4. Tratamiento antideslizante mínimo grado 1
  5. Certificación de calidad

En Conducha, hemos desarrollado una nueva colección de platos de ducha flexibles y ergonómicos, que aportan grandes ventajas. Extraplanos (3 cms.) tienen un certificado de garantía C3, todos ellos con gelcoat, antibacterianos, fáciles de limpiar y duraderos.