Los colores y el estado de ánimo

Hay muchas investigaciones a lo largo del tiempo, realizadas sobre los colores y el papel que juegan en nuestra vida. Es evidente que creamos más en unas que en otras de estas investigaciones, los colores de los que nos rodeamos influyen en nuestro estado de ánimo y viceversa, según nos sintamos, somos más propensos a usar unas u otras tonalidades.

En la decoración de nuestras casas, esto es algo fundamental, y sobre todo en espacios tan íntimos como es nuestro cuarto de baño.

Cada color tiene si simbología en las diferentes culturas. En nuestra cultura occidental podríamos decir que el blanco simboliza la pureza, la inocencia la armonía; el negro la oscuridad, la elegancia, el luto; el rojo es el color del poder, la energía y la vitalidad; el verde es esperanza, armonía, naturaleza; el azul transmite serenidad, sinceridad, confianza; el amarillo y el naranja son los colores del sol, representan la luz y lo placentero, y el violeta y el rosa son los colores de la ternura, la bondad y la dignidad.

Más allá de lo que cada color pueda significar, cuando queremos crear un ambiente en una de las estancias de la casa, hay que tener muy claro cuál queremos utilizar. Esto se debe a que todos tienen un “poder” oculto, que aunque no lo creamos, nos modifica en nuestras conductas y estados de ánimo.

En el caso del blanco, está aconsejado en todos los sitios donde se requiera la serenidad  y la paz mental. El gris simboliza el éxito e inspira a la creatividad. El amarillo sirve para aclarar las mentes cuando están confusas y ayuda a estimular el cerebro. En sus diferentes gamas es un color muy apropiado para usar en el cuarto de baño, así como el azul, color que disipa los temores y tranquiliza la mente. Otros colores recomendados para el baño son el verde y el violeta. Si queremos empezar el día con energía no podemos olvidarnos de los tonos cálidos como el rojo y el naranja.

Se recomienda no abusar de un solo color en un ambiente, sino tratar de combinarlos con los muebles, por ejemplo. Para alcanzar la armonía es preciso coordinar los diferentes tonos de manera armónica.

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